¿Cómo sienta un chapuzón en una playa con agua cristalina? {Altair}

No podía parar de recordar mi última maldad mientras me dirigía hacia la playa, es que me lo había pasado tan bien engañando al mortal para que sucumbiera a la lujuria. Había llegado al bar la noche anterior y miles de miradas habían caido sobre mi pero solo una me llamo la atención, la de un chico corpulento rubio, con sonrisa profident y con aires de superioridad. Se acercó a mi como si yo fuera otra tonta mortal que caía a sus pies con una simple sonrisa pero se equivocó, soy un ángel caído y no me gusta que nadie se crea mejor que nadie así que sin pensarlo, lo seduje, lo emborachee y dejé que me dijera quien era la persona con la que nunca se acostaría que estuviera en aquel bar. Me señaló a una chica con ropas holgadas y con el pelo mal recogido en un moño, al principio pensé que era una de las menos favorecidas del local pero cuando me acerqué a ella, tirando del chico, vi que era hermosa. Supusé que como tenía esa manera de vestir, nadie queria tener algo con ella pero eso iba a cambiar ahora mismo cuando ese chico sonrisa profident la besará. Fue tan fácil que eso pasara que me sorprendí y me dí la vuelta para salir del bar. Estaba segura que la chica estaría feliz con él y el chico, bueno, quizá le costara volver a que alguien sintiera atracción por él , sobretodo si te vas de la fiesta con una chica que se considera inferior. Me había divertido tanto dandole un pequeño castigo a ese mortal insatisfecho.

Llegué a la playa y no había nadie en ella, así que sin pensarmelo demasiado me quité el vestido que llevaba y me quedé en biquini para darme un chapuzón en esas aguas tan cristalinas.

Había salido del castillo ya que tenia que ir a una de las estúpidas guerras que se montaban aquellos mortales. Como ángel de la justicia siempre tenia que estar allí para evitar que muriesen aquellos que no debían y que vivieran aquellos injustos o corruptos. Lo malo es que como había tantos de ellos, a veces me era imposible eliminar todos aquellos no merecedores de existir. Pese a ser un ángel blanco mi trabajo era bastante imparcial, juzgaba a todos desde mi ojo objetivo sin fijarme de donde venian o a quién servían.

Caminé hasta la playa pudiendo distinguir a lo lejos una chica que recordé al instante. Recordaba aquel cabello y aquellas alas que antes habían sido de un blanco puro. Las alas eran imposibles de ver para los humanos, pero nosotros las veiamos y eran una especie de marcador. Aún era de día así que decidí acercarme pese a que no habia mucha gente por allí.

- ¿No es muy pronto para darse un baño? -dije ironicamente a la chica.

Era Lyuba, la conocia demasiado bien. O almenos la había conocido.

Esa agua era totalmente cristalina, en la orilla podía ir mirando lo que pisaba. Los mares con aguas tan cristalinas eran una de mis perdiciones, me sentía tan libre nadando en ellos. Era como si pudiera saber cuanta profundidad había cuando me metía demasiado hondo pero en realidad no lo sabía, si miraba para abajo solo podía visualizar arena. Decidí dejar lo hondo para más tarde y acercarme más a la orilla, mis pies podian sentir las conchas que pisaba, una sensación que sin duda me encantaba.

Estaba nadando tranquilamente de espaldas a ñla arena cuando escuché que alguien me hablaba, podía haber reconocido aquella voz en cualquier sitio. Con lentitud me giré y salí del agua hasta ponerme delante de él.
-Quizá- dije encogiendome de hombros -¿No es demasiado pronto para ir impartiendo justícia?- exclamé con la misma ironia que él había hecho servir -Supongo que no, los ángeles blancos sois tan predecibles, siempre haciendo vuestro trabajo- comenté con disgusto mientras le miraba fijamente.

La miré mientras salía del agua y me costó mucho ver la chica que antes había sido un ángel blanco como yo. Yo había dejado la tentación, pero ella no.
Sonreí ante su comentario sobre mi trabajo, habia escuchado demasiado sobre ella ultimamente.

- Creo que tú también impartes demasiado tu trabajo.-dije serio.

Ella se habia vuelto el ángel de la lujuria, ahora era un caído por lo que estaba fuera del la ley de Dios. Habia escuchado que se acostaba con humanos y con demonios y angeles negros...Había cambiado demasiado, se había dejado llevar.

- Creo que tus vicios se estan volviendo un tanto obsesivos.-dije alzando una ceja.

-Tengo que hacerlo, ¿te imaginas un humano sin lujuria? La vida de los humanos entonces sería aburrida y podría decir hasta sin sentido. Ellos me necesitan- dije divertida a la vez que me echaba el pelo hacia atrás -Ya me conoces, soy una buena chica, no puedo permitir que eso pase- le expliqué poniendo cara de niña buena para después soltar una carcajada.

-¿Obsesivos?- exclamé intentando parecer indignada -No lo creo. Te voy a contar un secreto porque eres tú. Hace como dos días que no caigo en mi vicio, ningun chico me atrae lo suficiente. Los mortales cada vez son peores- le comenté a la vez que me encogía de hombros y me dirigía hacia donde había dejado el vestido para ponermelo aunque estuviera algo mojada, no importaba ya me secaría.

Cuando acabé me acerqué a él por detrás y le toqué una ala, eran tan blancas. Tan puras, como las mías antiguamente, tanto blanco me daba ganas de vomitar.
-Quizá deberías caer en la tentación, yo te puedo ayudar si quieres- le dije seductoramente en su oido mientras seguía acariciando una de sus alas.

- No, realmente los humanos siempre se acaban dejando llevar por los pecados...-dije murmurando.- Son muy simples.

Seguí mirandola. Era bella, también lo habia sido antes de tener aquellas alas oscurecidas... DEspejé mi mente para escuchar su comentarios. Me sorprendió que llevara dos días sin acostarse con nadie.

-Eso sí que es una sorpresa.-dije fingiendo.- Seguro que hay algun demonio del que te puedas aprovechar.-dije asqueado por la idea.

Recordaba cuando habíamos estado juntos...ahora ella era bastante diferente. Se acercó a mi y me dijo aquellas palabras. Sonreí ironico.

- ¿Tú? ¿En la tentación? -dije serio.- Soy un angel, no se me permiten las tentaciones, ¿ya lo olvidaste?

-¿Verdad que si?- exclamé ironicamente sin esperar respuesta por su parte, no la necesitaba -La verdad es que últimamente no me mezclo demasiado con ellos, también han desmejorado, sobretodo los novatos- dije pensando en que cada vez los demonios valian menos, quizá hubiera algunos que se libraran pero no muchos.

-Además, con ellos no me puedo divertir, ellos ya han caido en la tentación muchas veces, mi trabajo no es lo mismo. Prefiero a los mortales que son más simples y también más moldeables, con ellos si que me divierto- le expliqué mientras continuaba acariciando sus alas, eran suaves bajo mis dedos.

-Sí, ya lo olvidé. ¿Sabes? Prefiero olvidarme de ese tiempo por eso tengo como una especie de vacio en el espacio donde deberían ir mis recuerdos como ángel blanco- dije seriamente mientras pasaba por su lado y me ponía delante de él para mirarlo directamente a los ojos.

-Aunque no sé porque pero de ti no me he olvidado- comenté
intentando que pareciera desinterasada pero aquello no era así. Prefería que él no supiera lo mucho que recordaba los momentos pasados con él. Mirandolo con atención, él seguía siendo igual de hermoso que entonces o incluso más.

- Vaya, como me entristece escuchar eso. Los pobres demonios estaran desesperados porque prefieras a los débiles humanos que a uno de ellos.-dije riendo.

Escuché lo que decía. Bajo mi punto de vista los humanos también eran débiles y con poca personalidad. Dejaban llevarse por todo tipo de tentaciones y no eran leales a nadie. No les odiaba pero quizá en cierto modo les había aborrecido. Su visión de la justícia y de la paz eran turbios.

Sonreí ante su "olvido" de la época de ángel blanco. Clavé mis ojos azul claro en sus ojos oscuros y sonreí.

- Es na lástima que lo hicieras.-dije sonriendo.

Realmente me apenaba que ahora fuese un ángel oscuro. Después de habernos separado ella se fue con un demonio, se enamoró de uno de ellos. En su momento aquello me había molestado bastante. Ahora maldecía que ella se hubiese dejado.

- Me alegro que me guardes un sitio en tu memoria pues.-dije sonriendo simple.