Descanso [Libre]

Aquel debía ser sin lugar a duda uno de los mejores lugares del castillo. El lago era enorme y allí siempre se respiraba paz y tranquilidad. Caminaba tranquilísimo pensando en nada, en blanco totalmente. Era muy extenso y la llanura se encontrba llena de pequeños brotes de yerba verde que hacian el lugar aún más agradable.

Hacia un hermoso día y habia bastante sol. No sabia donde se habian metido los demás pero lo cierto es que en aquel momento me daba exactamente igual. Sabía que no podria quedarme allí, debería volver...pero pese a ser un ángel blanco no siempre tenia que obedecer las normas, aunque casi siempre lo hacia a no ser que tuviese un buen motivo para no hacerlo.

Bufé y me dejé caer sobre la yerba de aquel lugar. El sol chocaba contra mi rostro y se estaba realmente bien, moriría si no supiera que ya era imposible.

1ª clase de corrupción: XD

Miro el techo de la cueva donde me encontraba sonriente, daba gusto encontrar sitios como este y que nadie te moleste, me incorporo un poco para sentarme ya que antes estaba tumbada y coloco mi pelo mojado hacia un lado dejando mi lado derecho del cuello al descubierto, me paso una de mi manso por mi hombro lentamente y mueve este un poco hacia atrás, cuanto estrés, no debe de ser bueno...
Me acabo levantando y miro mi ropa que se encuentra sobre una roca, seca, la verdad, estar en ropa interior o no me daba igual, además si alguno de esos alumnos se acerca no me puede acusar de asalta cunas, porque llevo puesto un bikini, si estuviera en pelota picada puede, pero aún así, no sería capaz de acusarme de eso, umm, puede que algún día pruebe...
Me subo a la roca más alta y salto de cabeza para caer en el agua, nado hasta el fondo del lago y lo sigo haciendo hasta salir fuera de la cueva que era una desembocadura de este, cuando salgo a la superficie el sol hace que gruña, no me gustaba nada, bufo y nado hasta la orilla y no puedo creer lo que veo, un emplumado, ya sabía yo que hoy no era mi día o si?.
-Vaya vaya vaya ¿Qué tenemos aquí?-comento sonriendo de lado antes de acercarme a él sin miedo alguno y dejar caer mi pelo por la espalda goteando. Otra oveja perdida...

Estaba demasiado a gusto y tranquilo, tanto que sabía que en algun momento aparecería alguien o algo que me lo estropearía. Escuché una voz irónica que reconocí como poco amigable así que abrí los ojos poco a poco y clavé mi mirada en la de ella.

Era Lilith. Había escuchado hablar de ella ya que antes había sido sierva de Dios, como lo era yo ahora. Era dificil de imaginar aunque su rostro era angelical. Algo así no podia ser obra de otra persona.

- Podria preguntarte lo mismo.-dije clavando severamente mi mirada en ella.- Pero no me importa.

Como ángel de la justícia había tenido que ver todos los juicios que se habían hecho allá arriba y abajo, yo siempre velaba por aquel don...y ella era todo lo contrario.

- ¿Qué haces aquí?

Sonrío de lado y pongo los ojos en blanco, pobre emplumado, todos eran tan..débiles, tan niños, no sabían tomar sus propias decisiones ni nada por el estilo, todo era "Dios quiere esto..." eso era lo peor, no tenían personalidad. Sin dejar de sonreir me acerco a él y me dejo caer sobre su cuerpo mojando todas sus ropas, le miro a los ojos, me muerdo el labio inferior y me encojo de hombros.
-Si no te importa...¿Porqué preguntas?-suelto una pequeña risilla al ver como me mira, no era el primero pero en el fondo son hombres, emplumados, pero hombres y yo...simplemente era Lilith, una de las mujeres más bellas y más malas de todos los tiempos, al menos así me definían todos.-Hola Altair-antes de que el emplumado empiece a gritar que le he tocado me aparto con un solo movimiento y me quedo de pie frente a él, me llevo una mano a mi cadera derecha.-La pregunta es ¿Que hace un ángel descansando?¿esque vuestro Dios está de vacaciones o que?

Ruedo los ojos al escucharla decir aquello, puede que esta vez fuera culpa mía, pero aquella mujer, por llamarla algo, era realmente pesada. Clavé mis ojos azul cielo on los suyos algo más oscuros pero del mismo color. A diferencia de otros yo no escondía mi mirada de la suya. La justicia siempre es verdadera por, ¿porque tenerle miedo?

- Lo cierto es que tenia la esperanza de que recordaras que debías ir a hacer otra cosa.-dije arrastrando las palabras.

Sonreí angelicalmente y después volví a mirarla mientras se quitaba de encima. Escuché su pregunta y reí ironicamente. Dios no descansaba nunca, de eso daba fe.

- No, las vacaciones con bichos por aquí como tú, son inexistentes.-dije sonriendo forzadamente.

Me río y asiento, si, era un bicho y la idea me encantaba.
-¿Cosas como qué?¿como acabar con ángeles como tú?-con un solo movimiento coloco mi pie en su cuello y aprieto, le miro sonriente y una gota de agua recorre mi mejilla para caer sobre su mejilla desde arriba.
-Si quieres lo hago, pero hombre, ya que no lo hago, lo mínimo que podrías hacer es agradecérmelo, tienes suerte de que te haya encontrado yo y no mi marido.
Era verdad, yo hacía dos cosas con los ángeles o matarles o encargarme de que vieran la verdad, nuestra verdad y la verdad esque a veces me costaba y otras veces no, mientras lo pienso escucho a alguien le falta el aire, ups, quito le pie del cuello de Altair y dejo que respire.
-Es verdad, que mientras Dios se toca sus pelotas angelicales vosotros hacéis el trabajo sucio ¿Cómo era? ¿reza y obtendrás la salvación?-me burlo antes acercarme al agua.

La miro sin inmutarme mucho. Pese a que la sensación de ahogo era desagradable, yo ya estaba muerto, por eso era un ángel así que aquello no me iba a matar. Pocas eran las formas de matar ángeles.

- Que hobbie más entretenido.-dije mirandola.- Deberías dedicarte a ayudar a tu marido, ahora que eres esposa de Lucifer.-dije mirandola mientras me ponia en pie.

Aquella mujer era realmente malvada. Lucifer era malvado hasta el fin, ella solo buscaba su propio provecho y diversión. Los demonios eran incapaces de amar o perdonar, eran asquerosos.

- Quizá solo es eso, pero cuando vemos bichos como tú dan más ganas de quedarse donde estamos.-dije serio.- Nadie quiere ser un demonio sin alma ni decencia.

Yo era la justicia, para mi eso era importante.

Escucho lo que dice y abro los ojos como platos y le miro fingiendo sentirme dolida.
-¿De verdad piensas eso de mi Altair?-cierro los ojos y una lagrima cae por mi cara, cuando los abro hago que me mire-¿Crees que solo me casé para aprovecharme de Azazel?-cuando consigo lo que quiero, es decir, burlarme de él carraspeo y me río con ganas quitándome la lágrima falsa de la cara.
-Si, soy un bicho y estoy orgullosa de ello, ahora eso de nadie no está bien, porque según mis cálculos..en el ultimo año una gran parte de los ángeles han caído y han acudido a mi y a mi esposo. ¿Porqué será? ah si...-me acerco a él y acaricio su mejilla con uno de mis dedos suavemente, acerco mis labios a su oído.
-Porque vuestro Dios no os deja ni respirar, sois incapaces de pensar por vosotros mismos y ahora pretendéis que los humanos lo hagan, penoso-le susurro y no me muevo-Dime si me equivoco...¿Cuándo un humano se acuesta con alguien que no es su marido o esposa, tú Dios que dice?, si no me equivoco le da asco, pero no se para a pensar la razón de esa infidelidad, simplemente repudia a esa persona.
Me aparto y me encojo de hombros, los ángeles no entendían el verdadero significado de libertad y de ser humano.

La miro mientras ella finge sentirse dolida dejando caer una lágrima falsa por su mejilla. Era una buena actriz y una muy buena mentirosa.

- Puede que al principio fuera así.-dije serio.- Ahora te has dado cuenta de que es más fácil seguirle a él.

Era cierto, pero el camino fácil no siempre era el más acertado, y de eso sabía yo mucho que había estado a punto de caer. Ahora me daba cuenta de mi error.

- La fidelidad es una virtud que nuestro Dios valora tanto como tú la detestas. Es la capacidad de no dejarse llevar por las tentaciones. La gente débil se deja llevar...-dije clavando mis ojos en los de ella.- Y los humanos son gente débil y por eso Dios los protege...Tú nunca entenderías eso porque eres incapaz de amar a nada o nadie.

Los demonos no tenian corazón, eso nos lo habían dicho siempre.



OFF: me siento raro diciendo esto cuando yo no creo en Dios xDDD

OFF: Cierro, cree en Bar, no en Dios XDXD

-Te equivocas, yo no sigo a nadie, sigo mi propio camino el que es correcto, cada uno tiene sus ideales y si estoy con Azazel es porque sé que el no me quitaría las alas si le digo lo que pienso, él permite ser libre, al igual que yo se lo permito a mis demonios y a muchos humanos.
Niego lentamente y le devuelvo la mirada, entrelazo los dedos de su mano izquierda con los míos y no aparto la mirada, yo le atraía y...estoy segura de que si se lo dijera a uno de sus compañeros o a su Dios, acabaría con él, un ángel que se siente atraído por Lilith, la mujer de Lucifer, la mujer con el núcleo de maldad más puro en su corazón...que deshonra.
-¿Y nunca has pensado que esa persona puede amar más a su amante que a su esposa o esposa?¿Dios busca la infelicidad antes que la verdadera felicidad?. No los protege, los utiliza, los humanos son débiles, te sorprendería de lo que son capaces de hacer, el amor, el deseo no es como os lo pitan Altair, no te puedes ni imaginar .

Miré a la chica y sonreí levemente ironico. Puede que Lucifer no le cortara las alas, pero eso era porque no le importaba que hiciesen los demás.

- Eso es porque os dan igual todos. Si se mueren son menos a tener en cuenta.-dije serio.

escuché sus ultimas palabras y entendí a la perfección. Pese a eso yo entendía perfectamente el amor, no como ella decía. En cuanto a lo del amante...

- Dios cree en el amor simple, si ama al amante debió pensarlo antes de equivocarse.-dije serio. La vida no es facil.

-¿Y si no ha tenido oportunidad de elegir?-le replico con tranquilidad, me doy cuenta de que no se ha apartado y sonrío de lado-No tienes ni idea, si todos nos dieran igual...todos estarías muertos, incluso tú ahora.
Lo tenían todo tan programado, una respuesta para cada pregunta o propuesta, esa era su biblia, un diccionario, hacer esto y aquello cuando suceda esto y aquello.
-Dime algo..¿No es ley encargarte de un caído si lo ves?-miro sus labios y luego miro sus ojos-Altair...deberías hacerle caso a tu Dios y matarme. Matar a la esposa de Azazel...te coronarían por ello, me tienes a huevo.

Quizá tenia razón, pero a mi no me importaba morir por una causa justa, o almenos por defender aquello en lo que creía. Para mi ellos eran seres despreciables.

- Claro. Dime que es mentira que te amas más a ti misma que a cualquier cosa.-dije clavando mis ojos severos.

Siempre había castigado a los ángeles ya que como justo que era, la misión de juzgarles siempre recaía sobre mi. Pese a todo eso mi misión no era matarles en ningún momento.

- Yo no mato, solo juzgo.-dije mirandola.- Recurda que mi don es la justicia...no mato a nadie...solo veo sus pecados.

-Mentira-le digo sin más, acerco mis dedos a sus ojos y acaricio uno de sus parpados-dime que cuando tu juzgas y te vas no pasa nada, que simplemente se es juzgado y listo, no Altair, tu solo eres el comienzo del trabajo sucio.
Estaba seguro, es más estaba convencida porque a mi me había tocado en su momento, ser un ángel y ser juzgada, me daban dos opciones, o retirar mis palabras y decir ante todos que Dios era él único o...morir, una pena para ellos que no eligiera ninguno de los dos, el convertirme en uno de los demonios o caídos más poderosos me salvó la vida.
-Altair una vez estuviste apunto de caer...y crees que fue un error querer caer ¿nunca te has preguntado porque quisiste caer?¿y pensarlo al menos dos minutos?
Suspiro aliviada por dentro cuando el sol se esconde y sonrío-¿Sabes? el saber que me odias me gusta, porque eso significa que tenemos razón, nos juzgais solo porque no obedecemos a vuestro Dios, sin embargo, también te gusto, porque no te has apartado, te atraigo, más de lo que piensas y eso es ya decir y si te apartas ahora será porque te lo he dicho y según este acto, ya has desobedecido a Dios-miro sus labios y acerco los míos a los suyos-¿Me equivoco?-espero que al menos tuviera le valor para admitirlo y yo no me callaba nada.

Por supuesto que sabía lo que les pasaba a los ángeles después de ser juzgados. Yo decidia si debían ir ante Dios o si su pecado era muy grave, yo sabía todo lo que se escondía en cada uno y en base de eso los juzgaba.

- Sé lo que les pasa, pero eso ya no es de mi incuncencia. Sólo cumplo hasta que mi cometido toca a su fin. El resto es misión del ángel del perdón o en su defecto del de ...la muerte.

Aquello me podia haber pasado a mi. Escuché las palabras de Lilith, ella lo sabia. Nuestros casos eran parecidos pero al final yo me di cuenta de mi error.

- Lo pensé en su momento. Todo sentimiento es una estupidez, excepto quizá el perdón...-dije mirandola.

Sus palabras fueron reales y sabía de lo cierto de éstas, pero yo era uno de los ángeles más importantes allá arriba así que no me dejaba llevar tan facilmente. No, no pensaba estar al borde del abismo otra vez.

- Puede que tus palabras no sean equivocadas, pero tus actos sí.-dije severo.- Además, yo nunca me dejo llevar por nada, soy imparcial. No me pongo del lado de una causa que no sea justa. Y tú, ahora, eres tan solo un demonio más....tentador...pero insuficiente quizá.

Me río al escucharle-Altair, venga dime ¿Porque es erróneo el creer que puedes ser libre?Intenta dar respuesta a esa pregunta ALtair y que sea correcta, venga-le reto sin separarme.
¿Qué actos? ¿el acabar con aquellos que se lo merecen? vosotros juzgáis por cometer impurezas injustificables, según vosotros claro y nosotros juzgamos por delitos que no se pueden justificar de verdad.
Es incapaz de contestarme porque sabe que tengo razón, pero se niega a verlo y justo ahora está cometiendo un delito y ni siquiera se inmuta...

La miro severamente cuando me dice eso. Yo era libre. Dios nos dejaba serlo solo que no podia pasar ciertas normas...Esto por ejemplo. Me separé de ella yendome hacia la orilla del lago.

- Yo soy libre a diferencia de lo que tu creas.-dije serio.

Me dirigí hacia la orilla escuchando cada uno de sus comentarios tras de mi. Aquella mujer estaba intentando provocarme.

- Nosotros juzgamos a aquellos que han transgredido la ley divina, igual que los humanos hacen con sus leyes.-dije serio.- E igual que vosotros lo haceis, no hay más que darse cuenta que cada uno construye sus normas.

Pongo los ojos en blanco y me acerco a él por detrás rodeo su cintura con mis brazos.
-¿porqué te alejas? si no quieres, yo te gusto o te atraigo, me da igual y te niegas a hacerlo porque tu dios te lo ordena ¿donde ha quedado tu personalidad?
Acerco mis labios a su cuello y le doy un suave beso, no intentaba provocarle, eso ya lo había conseguido cuando no se apartó de mí.
-No eres libre Altair y tú lo sabes-le digo con toda la sinceridad del mundo.

Noté como me envolvía con los brazos y se los separé, no me gustaba que aquel bicho estuviera tan cerca ya que alguien podria interpretarlo como no era. Además, yo sabía perfectamente como actuar.

- Mi personalidad es esta.-dije severamente.

Lo cierto es que los ángeles tienen una vida humana antes de ser ángeles. Yo no recordaba nada de ella, solo que morí con doce años...Desde entonces habia estado con Dios, así que no podia decepcionarle.

- Si no fuera libre no estaría aquí.-dije serio.

Otro punto para mí.
-No la tienes Altair, tu personalidad te la ha creado ese..cabrón hijo de puta que hay arriba, que ni siquiera da la cara, solo cuando le interesa ¿A quien eres leal?¿a ti mismo o a un humillo que pocas veces da la cara?
Me dejo caer la suelo y me tumbo colocando mis brazos detrás de la cabeza, sonrío y le miro, recuerdo mis tiempos de cordero sin personalidad alguna y me alegro de haber caído, si me volvieran a ofrecer volver les escupiría en la cara, antes muerta, de verdad..que volver allí.
-¿Y porqué estás aquí? ah si, para crear vuestra propia justicia...Y no has contestado a mi pregunta ¿Porqué te alejas? ¿porque te da vergüenza que tu dios se de cuenta de que te atrae la mujer de Lucifer o porque sabes que tengo razón?

- No le insultes...-dije enfadado.- Él es lo unico que he conocido y me gusta la vida que he llevado hasta ahora. No quiero convertirme en algo como tú...

Dejé que se tumbara y me quedé de pie junto a la orilla. Aquella mujer no sabia de que hablaba. Yo estaba seguro de mis palabras, ella solo queria corromperme....eso no lo iba a lograr. Yo no dudaba de Dios ni de sus actos.

- Por ninguna de las dos...-dije serio.- Simplemente porque no quiero estar cerca de un demonio.

Aquello último era cierto.

Me río con ganas al escucharle, era tan ingenuo.
-No tienes ni idea de lo que él hace y ahí tienes otra respuesta, él único, no conoces a otros ¿Cómo puedes entonces pensar que él es lo correcto? ¿Lo ves? puedo responderte a todo y no tengo ni un diccionario ni nada por el estilo, como vosotros, sois incapaces de ver el mundo real porque vuestro mundo es Dios.-le digo con tranquilidad todo lo que había dicho era verdad, solo conocían a ese cabrón que ni siquiera era capaz de asumir sus errores, estaba segura de que si había una guerra acabaría con todos con tal de que sus ideales sobrevivan.
Observo como se enfada y puedo notar su ira ¿Porqué? en el fondo sabe que tengo razón y eso le molesta, era tan gratificante saberlo.
-No te gusta estar cerca de un demonio porque te hace ver cosas que sabes que son verdad...y si no quieres estar cerca de mi, vete.
Yo ya había conseguido lo que quería, demostrarle al infeliz de arriba que he vuelto y que mi juego acaba de empezar, no me extrañaría nada que luego enviara a ALtair algún consejero para decirle lo mala que soy, que no me haga caso..blablabla

- Sé que es lo correcto porque cuando tuve oportunidad de elegir me qued´con él. Él es el camino por el que yo debo seguir.-dije seguro.

Sabia que Dios era lo correcto porque como ángel de la justcia yo era capaz de ver el interior de las personas, así es como podia juzgarlas. Aquella mujer intentaba embaucarme con las palabras, pero el infierno era una dictadura pese a lo que ella decia.

- Tal vez deba irme.-dije mirandola severo.- PEse a que lo justo seria que te fueras tú, yo llegué antes aquí.

Únicamente no debia hacerle caso, cuando tenia 12 años me dieron a elegir y Dios fue el unico que me acogió, no le debia nada a Lucifer.

-No paras de juzgarme, bueno, intentarlo..pero no puedes, porque yo no te lo permito.-Con un solo movimiento le doy un golpe seco en el tobillo para que pierda el equilibrio y hago que caiga sobre mi, si Azazel se entera de esto me mata, pero mis ganas de joder al de arriba me supera, porque él se lo merece. Cojo la mano de ALtair antes que se separe y la coloco sobre mi pecho y hago que me mire.
-¿Te atreverías a ver lo que hay dentro de mi?¿tienes el coraje para ver de lo que es capaz de ver tu señor?-¿o le daba miedo?, si, seguramente si-venga Altair, atrévete a ver como es el camino de tu señor. Hace años que sé de ti sin embargo tú solo habías oído hablar de mi, vuestro Dios hace todo lo posible para que no me veáis ni a mi ni a Azazel ¿No quieres saber porqué?.
-En realidad estaba yo antes, ¿porqué crees que estoy en ropa interior y salí del agua?

Clavé mis ojos en los de ella. Eran azules, pero de un azul oscuro y escondían demasiadas cosas. Su pregunta hizo que me desconcertara un poco. ¿Qué podia haber dentro de un demonio?

- Eres un demonio, dentro de ti no puede haber nada bueno.-dije serio.

Había escuchado muchas historias de ella, pero no sabía que ella habia oido hablar de mi, aunque al fin y al cabo seguramente yo fui quien la llevó al paredón cuando aún era un ángel... Pensar que ella habia sido un ángel...traicionó a Dios...

- Entonces me iré yo...-dije seco.